Quiero Ser Ponente

Estaba un jincho viendo el crepúsculo y vino otro y le dio una ostia por detrás

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Lugar: Spain

domingo, abril 8

Informacion de interes para poetas (blogger no permite tildes)

Debido a diferentes e innumerables problemas mentales, a insalvables obstáculos sociales o por simples y llanos motivos de salud pública, es probable que el suicidio haya cruzado vuestros pensamientos en diferentes ocasiones. Entenderemos el poner final a la vida propia como una actividad poética más, tal vez la más importante obra del catálogo de un artista del verso. Bien realizado, puede ser portada en diversos medios de comunicación, tema de diferentes tertulias tanto radiofónicas como literarias y publicidad gratuita tanto para vuestra obra como para la de los poetas afines.

El suicidio de un poeta no puede ser llevado a cabo a tontas y a locas. En este caso el fin no justificará nunca los medios. Arrojarse al vacío desde una altura que evite la posibilidad de sobrevivir no es poético. Una llamada desesperada a los programas nocturnos de la radio es propio de desequilibrados mentales sin clase (aunque muchos de vosotros pertenezcáis a esta especie, no podéis pensar que lo sois ¿o no?). Así pues el glamour debe ser la condición esencial para poner en práctica la muerte de uno mismo. Y aunque la manera elegida no sea glamurosa (glamourosa), debemos disponer el resultado para que lo parezca.

El harakiri (aka tiramisú) es la forma suprema de suicidio. Su mayor dificultad estriba en conseguir un arma adecuada para ser consumado. En cualquier tienda de las que circundan el Alcazar de Toledo podemos obtener espadas que cubriran nuestras necesidades con amplitud. Recomiendo encarecidamente negociar para salir del comercio tan solo con el acero afilado, ya que ¿para qe demonios os van a servir el yelmo y el escudo que vienen en el paquete?. Arrodillados en el suelo, posaréis la punta de la espada un par de dedos por debajo del esternón (seguro que tenéis en casa algún libro que os indique donde se encuentra ese hueso) y, en trayectoria ascendente con un empujón fuerte y seco, penetraréis vuestro abdomen para que la espada suba hacia la caja torácica atravesando y rompiendo el corazón. No vale hacerlo despacio porque el tema tiende a doler según se va subiendo. Al parecer, en origen el harakiri se realizaba mediante un corte transversal en el abdomen. Sacándose las tripas, vamos. Pero no queremos sangre de más, así que optaremos por utilizar la variante hollywoodiense de esta maravillosa y aclamada modalidad de suicidio.

La sangre sólo queda permitida en el suicidio de un poeta si el modo elegido es el corte de venas. Si con el harakiri tomabamos el cine como referencia, haremos todo lo contrario con las incisiones en las muñecas: en transversal no sirve, aunque las cicatrices que deja el fracaso son un imán para el sexo contrario. Y por ende para las ganas de vivir (porque os declaráis poetas para ligar ¿no?). Si en verdad quiere uno poner fin a sus días, el corte debe realizarse desde la mano hacia el codo, siguiendo la línea imaginaria que comunica la uña del dedo gordo con las marcas de la aguja hipodérmica. Y cuanto más profundo mejor. Nada de meterse en la bañera. El ponente sugiere una boca de metro de las que cierran a las 21.40. Se hace ruido, se hace bulto, y se gana un día más como noticia, ya que las ediciones de la prensa ya se han cerrado para cuando encontrasen vuestro cuerpo.

Por último, la mezcla de alcohol y somníferos sea con casi total probabilidad la muerte más poética y romántica que seáis capaz de concederos. Contrariamente a las apariencias conseguir pastillas para dormir no es fácil en estos tiempos, en los que raudos cual guepardos los médicos de familia (los médicos de cabecera de toda la vida) saltan con valeriana y todo tipo de matojos crecidos en las cunetas para conciliar el sueño. Es mucho más sencillo entrar en una farmacia y comprar tres cajas de Algidol, que mata mucho mejor. Sin embargo, y aunque sea su contenido lo que procederéis a insertar en vuestro estomago y posteriormente en vuestro torrente sanguineo, esas cajas deben ser destruidas: suicidarse con paracetamol es práctico, pero no viste. Se recomienda dejar bien visible una caja de algún antidepresivo de mamá. Las pastillas se ingieren ayudándose de alcohol de graduación alta y marca buena. Nada de White Label o J&B. Eso para los fines de semana. Jack Daniel's o Chivas de 12 años, como mínimo.

Pero sobre todo, lo más importante que debeís recordar es no escribir, ni por asomo, una nota de suicidio. Ya hemos tenido bastante.

9 Comments:

Blogger Julio Santiago said...

Pues yo sé de un poeta apodado "Peter Coock" que planificó su final con un año de antelación. Lo hizo muy bien, diluyó cinco gramos de cocaína pura en un vasito de agua y lo tomó cual infusión, la agonía duró pocos minutos. No dejó carta de despedida sino un libro entero ya editado. Por azares de la vida, o de la muerte, yo poseo el ejemplar que él regaló al que iba a ser y fue su enterrador. Impresionante pero cierto.

4:16 a. m.  
Blogger P. said...

Querido Ros:

Observo que tienes blog y que viajas al Puerto. No es lo mismo, pero es casi igual. Me parece muy bien.

Me gustaría tener contacto habitual con ustedes dos. Me temo no obstante que este Deseo (eh!, lo he visto) será cosa de un rato. La vida desaforada solo me deja tiempo para lamerme las heridas y volver otra vez. Soy como Sam Peckinpah pero sin hacer películas.De nuevo, no es lo mismo, pero es casi igual. Lo leí una vez en el teletexto.

No te suicides, chacho.

Favorite.

1:06 p. m.  
Blogger Sintagma in Blue said...

Nada más letal que el filo de un DIN A4

6:59 p. m.  
Blogger la maga said...

probando probando...

4:56 a. m.  
Blogger la maga said...

Ya funciona mi nickecito!!biens,biens,biens!!!!

5:18 a. m.  
Blogger andreinax said...

ok, me dio ladilla leerlo era muy largo

5:52 p. m.  
Blogger Unknown said...

Prefiero seguir leyendo a Ponentes conocidos,
+ así no tendré motivos para s...idarme, ( que palabra más fea, la del sui..dio )
en fin, cada cual con su manera de morir..
yo .. de todas.. ( me quedo con la de morir en mi lecho de hada, mientras sueño con que voy en un barco Pirata rumbo El país de Nunca jamás) .. eso si : con Johny Deep al mando del Velerito.

Pero porfavor, señores..
no se mueran...
y sigan escribiendo.

mua

9:44 p. m.  
Blogger confabularionovo said...

Si el Puerto me echó de menos únicamente una décima parte de lo que yo lo eché de menos ya me sentiría francamente reconfortada.
No fallaré el próximo año,
un beso y gracias por tu comentario

5:07 p. m.  
Blogger Marta Uma Blanco said...

Pues a mí eso de revolcarme en mi condición de poeta maldita y sufrir y resufrir y maquillarme ojeras, como que no me va. Eso sí, me puede el morbo de saber qué les mueve a los demás para llegar a un punto sin retorno. Por favor, la historia de Peter Cook es buenísima, qué libro es ése que el enterrador dio a Julio Santiago, y ¿de qué iba?

unmundopropio.blogspot.com

8:11 p. m.  

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